Desde pequeña, la creatividad ha sido mi compañera, aunque el dibujo y yo tuvimos una relación de amor-odio. Fue el lettering el que me atrapó de verdad y me llevó a redescubrir mi pasión por el arte.

Antes de sumergirme en el mundo de las invitaciones, dejé mi huella en murales, pizarras de bares y hasta en un museo. Pero la vida tenía otros planes, y entre el trabajo para otras industrias como eventos y turismo y la restauración (con parada en Manchester), encontré mi verdadero propósito: fusionar el diseño con las bodas.

Soy madre emprendedora de un peque de casi dos años, lo que significa que mi vida es una mezcla de creatividad, tazas de café frías y caos bien organizado. Así nació Lápiz y Letra, un espacio donde cada invitación cuenta una historia única y celebra el amor en todas sus formas.

Mi misión es clara: crear papelería de boda personalizada, inclusiva y donde todos se sientan representados. Porque el amor es diverso, y el diseño también debe serlo. 

Y, sobre todo, porque quiero aportar mi granito de arena para construir un mundo mejor, más abierto y respetuoso, donde mi peque crezca viendo que el amor no tiene reglas. 💕